viernes, 29 de julio de 2016

29 de Julio

¿Y si hoy se acabara el mundo? ¿Realmente hiciste todo lo que quisiste?
¿O serás uno más del montón? De esos que dedicaron su vida a seguir sueños banales, a perseguir las metas de alguien más, a seguir una idiosincrasia que la sociedad les estipuló, de esos que siempre estuvieron de a cuerdo con todo, porque hacer algo diferente les daba miedo.
Y si realmente hoy se acaba el mundo, ¿estás satisfecho con todo lo que hasta hoy has logrado?
Con la cosecha de tus acciones, con las amistades y amores que te rodean. Pregúntatelo, ¿estás del todo bien? ¿No te arrepientes de nada? ¿No te arrepientes de no haber seguido tus sueños simplemente por no defraudar a alguien más? ¿No te arrepientes de no haber pedido perdón a quien le fallaste? ¿No te arrepientes de no haber sido completamente sincero? ¿No te arrepientes de no haber podido besar una vez más a tus padres? Recuerda, si hoy fuera el fin del mundo, esos arrepentimientos morirían contigo.
Pero piénsalo, si hoy se acabara todo, si las luces se apagaran y tus pasos se dejaran de escuchar, si los silbidos de las aves desaparecieran, así como el sonido de las olas al azotar las costas, ¿a quién le importaría tu arrepentimiento? A nadie, porque está claro, arrepentirse no sirve de nada, no cuando todo ha llegado a su fin.
Vamos, tal vez hoy no se acabe el mundo, tal vez mañana todo siga igual, tal vez despiertes, mires el cielo, respires el aire fresco y te veas en el espejo. Tal vez sigas tu rutina de cada día, camines por la acera, subas al bus, y tu vida siga siendo la misma. Tal vez sigas siendo tú, aparentando ser feliz, arrepintiéndote de cosas que crees no tienen solución, ¡pero oye! No es el fin del mundo y tienes la forma de remediar todo.
A lo mejor hoy no se acabe el mundo, pero sí puede terminar el mundo como tú lo conoces, puedes cambiar la página, revertir la historia, mirar la cantidad de posibilidades que existen para que seas feliz.
Hoy no se acaba el mundo.
Pero no necesita tener un fin para que tú comiences uno nuevo.

jueves, 7 de julio de 2016

Himalaya

Éramos tan diferentes.
Pasados distintos, caminos desiguales, distintas marcas de vida.
Por un lado la tristeza que embargaba tus ojos, el desconsuelo y la negligencia.
Tus parpadeos lentos, tu somnolencia desmedida que parecía un eterno intento de escapar de la realidad.
Por otro lado, mi júbilo desmedido, mi sonrisa eterna y mis chistes espontáneos.
Mi incansable hiperactividad para procrastinar y mi positivismo como herramienta para hacerle creer al mundo que la vida no es tan mierda.
En efecto, no éramos el uno para el otro.
Estar contigo eran las vacaciones perfectas en el himalaya intentando escalar tus pechos fríos.
Tu mirada era una ventisca que congelaba mis ganas.
Tus manos frías, tus labios tiesos, tus brazos de hielo y yo derritiéndome.
Parecía perderme y quedarme atrapado como montañista en plena escala hasta la cumbre.
Porque en ocasiones el hielo no se deshace ni con el calor del sol, y es que eso era yo, un amante de los abrazos cálidos.
Era un completo artista calentando manos, pies e incluso labios.
Yo era un volcán activo al borde de la erupción que moría por incendiar tus glaciares, por evaporar tus barreras y perderme en tus avalanchas sentimentales.
Porque éramos tan diferentes, tan incompatibles, tan desconectados, y entre tantos accidentes del destino tu corrías con suerte, pues este fuego era amante de los días helados.

miércoles, 6 de julio de 2016

No te enamores de alguien como yo

No te enamores de alguien como yo.
No lo hagas, porque yo sé querer bastante bien.
No lo hagas, porque mi amor es demasiado apasionado.
No te enamores de alguien como yo.
Porque si lo haces, tendrás que soportar a alguien que esté pendiente de ti a cada momento.
Porque tendrás que soportar demasiadas risas, que probablemente te dolerá el estómago.
Porque voy a memorizar cada lunar de tu cuerpo, la distancia exacta entre tus mejillas y tus ojeras, el grosor de tus labios.
No te enamores de alguien como yo.
Porque sabré cada detalle de tu vida.
La vecina que te molesta.
Tu banda preferida.
El por qué de tu comida favorita.
Por qué lloras cuando estás sola.
La canción que nunca pasará de moda en tu vida.
La cicatriz que te hiciste de pequeña.
No te enamores de alguien como yo, 
Porque sabré como hacerte feliz.
Porque no podrás tener ni un momento de seriedad.
Porque no te dejaré estar triste en paz.
No te enamores de alguien como yo, en serio, es advertencia.
Porque mi amor es completo.
Porque voy a exigir mucho de ti.
Porque no me voy a conformar y siempre querré más.
Porque necesitaré que me hagas sentir parte de tu vida.
No te enamores de alguien como yo.
Porque tengo mis vicios muy arraigados.
Porque voy a fumar cada vez que espere por ti.
Porque probablemente te enviaré mensajes ebrio.
Porque estoy seguro que me volveré adicto a tus besos.
No lo hagas, vamos, estás a tiempo, no te enamores.
Porque yo entrego mi alma en cada abrazo.
Porque dejaré migajas de mí en tu vida.
Porque te voy a necesitar todo el tiempo.
Porque estaré despierto hasta saber que estás bien.

Anda, hazte un favor, no te enamores de mí.

lunes, 4 de julio de 2016

Nada

Quiero quedarme sin nada.
Sin aliento, sin sombra, sin miedo.
Quiero perder el rumbo, el camino hacia tus pechos, la inspiración para escribir de nuevo.
Quiero quedarme sin empleo y descubrir la aventura de vivir cada día al borde del precipicio.
Destrozar cada regla, vivir sin idiosincrasia alguna, perder el conocimiento de lo que es bueno o malo y probar por primera vez la verdadera libertad.
Deseo no tener pasado y extraviar mi futuro, estancarme en el presente sin nada que me preocupe.
Perder la vergüenza, quedarme sin ella, no someterme al juicio de los demás.
Quedarme sin canciones, sin letras, sin versos, quiero estar desnudo de conocimiento.
Extraviar las ganas de luchar, meterlas al cajón de las llaves, en dónde guardo la billetera sin un peso, el celular sin pila y la vida sin gracia.

Quiero quedarme sin nada, lo repito, sin nada, sin un solo peso encima.
Quiero ir por la vida trotando sin presión alguna que me llenase de incertidumbre.
Dejar de pensar, vivir sin ideas, sin recuerdos, sin preocupación.
Olvidar los hubiera, los podría y concentrarme en el estoy.
Quiero amanecer en medio de la calma, sin angustia.
Quiero quedarme sin nada, con espíritu desnudo hasta los hueso, porque cuando no tienes nada, no es posible perder algo.